Artistas | Artists
Refacciones de Luz
en el Espacio
Manuel Acuña
2008



 


“REFRACCIONES DE LUZ EN EL ESPACIO”

Cuando hablamos de las artes plásticas, en específico de la escultura, nos damos cuenta que el campo es vastísimo, sobre todo en esta época en que incursionan tantos materiales provenientes de la “revolución industrial” de finales del siglo xviii.
Las esculturas las concebimos por lo regular como obras realizadas en piedra, madera, mármol, cerámica, vidrio o bronce; sin embargo, desde hace más de cien años nos encontramos con la utilización de fierro, acero, aluminio, etc. Después del descubrimiento de los materiales derivados del plástico, se comenzó a ver esculturas  en acrílico. Como muchos otros, este material actualmente tiene infinidad de usos que ofrece al creador un sin número de posibilidades.
Manuel Acuña, arquitecto de profesión, muy ligado al mundo de las artes, nos presenta una serie de esculturas, que conforme a sus propias palabras, hacía mucho tiempo las quería realizar.
Se trata de doce obras en acrílico “REFRACCIONES DE LUZ EN EL ESPACIO”.
Manuel relata que esta inquietud le nació en el segundo año de la carrera de arquitectura, cuando se impartía la materia de Estereotomía, ya que èsta “para desarrollar  la imaginación de los estudiantes”.
Durante todos estos años la influencia  del diseño arquitectonico quedó en su subconsciente, que ahora se traduce en doce esculturas, producto del desarrollo: “REFRACCIONES DE LUZ EN EL ESPACIO”: líneas curvas que sean siempre segmento de círculo y líneas rectas, utilizando únicamente escuadras y compás.Tomando en cuenta la llamada Sección Áurea y considerando la relación de proporciones en todo momento.
La altura siempre será tres veces el diámetro de la escultura, todas ellas son concebidas con una directriz central y una generatriz de seis brazos iguales entre si, con giro helicoidal de determinados grados precisos, diferentes en cada escultura, según el diseño.
Todas tienen un común denominador, o más bien varios: 45 cm de altura por 15 de diámetro, es decir, la altura es tres veces su diámetro.
Asimismo, vuelve a repetirse el número tres o múltiplos de este, en toda su composición, son treinta piezas las que componen cada escultura, cada pieza tiene un espesor de quince milímetros y a su vez están ensamblados con tres tensores de acero. “El número tres” proviene de la relación diámetro circunferencia. Éstas son algunas explicaciones de carácter técnico, y el ¿resultado? (3.1416).
Lo que observamos son unas esculturas, que incitan a disfrutarse pues entrañan no sólo belleza, sino también reflexiones de distinta índole. Nos enfrentamos a unas “torres translúcidas”: cada una está conformada por un mismo elemento girado, que a determinados grados  repetidos conforman la escultura; es decir, las formas no son colocadas una encima de otra, por lo tanto cada escultura denota su propio diseño.
Estas esculturas, tienen como resultado un juego infinito de transparencias, y si éstas son acompañadas por una adecuada iluminación, nos ofrecen inagotables posibilidades. Cabe mencionar que uno de los factores imprescindibles es que están realizadas “a la perfección”, ya que no se permite equivocación alguna con esta técnica.
En suma, estamos frente a una serie de esculturas originales realizadas en un lenguaje actual, y  hermoso.

Miriam Kaiser.
México D.F. Verano del 2006.


   




 


   

 

   

 

   

 

   

 

 

   
     
     
     
     
     
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